Lo siento, pero es inevitable hablar de la imaginación que algunos tienen cuando comparan al recién estrenado presidente de EEUU, Barack Obama, con nuestro "querido" Zapatero. Quizá otro día podamos comentar los parecidos de Angeline Jolie, con nuestra vicepresidenta, todo es cuestión de echarle imaginación.
La verdad, es que al moreno, se lo han puesto muy difícil, y tendremos que ver cuanto de lo que ha dicho en su discurso de toma de posesión se convierte en realidad. No sabemos si lo que ha dicho se lo cree, pero de momento lo ha dicho.
Algo parecido a lo que intento comentar, es lo que escribe Don Pedro Juan en su ultimo articulo, solo que el lo hace de forma magistral, y otros solo lo intentamos. Vean:
"La grandeza de USA -afirma Obama- hay que conquistarla cada día mediante los tradicionales valores de esfuerzo, trabajo duro, fortaleza, valentía, lealtad, juego limpio, honradez. Responsabilidad y más responsabilidad. Patriotismo. Porque estos valores son los verdaderos. El éxito de la economía americana ha dependido, no sólo de la magnitud de su PIB, sino de la distribución de la prosperidad, de la igualdad de oportunidades y de favorecer al bien común, no sólo al interés de unos pocos. Hay que buscar la unidad de propósitos, en vez de los conflictos y la discordia. No podemos pedir confianza a los ciudadanos si quienes manejan los fondos públicos y las finanzas no están obligados a rendir cuentas por ello. Lo que dice suena bien, cierto, pero además son verdades como puños.
Al leer varias veces estos pasajes, no es posible despachar de nuestra mente el despilfarro, la impunidad, las mentiras y el cinismo en el uso de los recursos públicos españoles por parte de nuestra clase política, sus fantasmadas chulescas sobre nuestro PIB y la octava potencia mundial. El eco alcanza también a tantos que, actuando más como especuladores que como empresarios, se han enriquecido, con la complicidad de la codicia e irresponsabilidad bancaria, a costa de esquilmar la capacidad crediticia que merecen los particulares, sus familias, nuestras pequeñas y medianas empresas. Ésta ha sido nuestra cultura oficial y fetén entre nosotros.
Aquí en España, a diferencia de USA, no es políticamente correcto emplear la expresión “bien común”. Aquí en España, el ciudadano de a pie sabe quién se ha enriquecido con la economía especulativa y quién va a pagar sus colosales agujeros y errores. Aquí en España se ha buscado deliberadamente la discordia y el desenterramiento de los conflictos civiles, se ha chalaneado con la deslealtad a la unidad de la nación, con tal de mantenerse en el poder. Aquí se nos ha instalado la mentira y la propaganda, en vez del respeto a la verdad y al Derecho. Somos campeones en abortos, abuso de drogas y alcohol, fracaso escolar, falta de competitividad y capacitación laboral, pobreza científica y universitaria, restricción ideológica de los derechos fundamentales de las personas, de los padres y sus hijos, decadentes de natalidad, envejecidos y sin ideales, con una miserable política familiar, que castiga a las familias más fecundas, más comprometidas con la fuerte estabilidad de sus vínculos y más responsables con la educación de sus hijos, por causa de pobretonas ideologías sectarias. Somos campeones de la irresponsabilidad y la impunidad.Debemos terminar, aunque el discurso, en clave española, da para mucho. Obama no se ha prohibido la gran tradición norteamericana de citar a Dios como fuente de fuerza y confianza. Es memorable el pasaje final. “Que los hijos de nuestros hijos puedan decir que, cuando nos pusieron a prueba… no nos echamos atrás, que tampoco flaqueamos, y con los ojos fijos en el horizonte, y con la gracia de Dios, cargamos adelante este gran don de la libertad y lo transmitimos íntegramente a la futuras generaciones”. Ningún político español tiene lo que hay que tener para decir estas palabras.
Aquí, entre nosotros, es políticamente incorrecto hablar de una tradición de valores españoles que debamos transmitir a los hijos de nuestros hijos. ¿Cuáles son los valores españoles? ¿Alguien lo sabe hoy? Aquí reina no sólo el vacío de ideales y verdades, sino la prohibición de tenerlos. Aquí lo progre minar y derribar lo mejor de nuestra identidad, historia y tradición. Podemos sentir la tentación de decir:”No vendría mal un Obama en España”. Calma y freno. No seamos ingenuos, seducidos por la cáscara. Volvamos a la yema. La cuestión es si este Obama cree en serio lo que ha dicho a USA y al mundo y lo va a poner en práctica sin flaqueza, hipocresías o traiciones."