viernes, 28 de agosto de 2009

LA ESCAFANDRA Y LA MARIPOSA


No soy crítico de cine, ni tengo mucha idea de cómo comentar una película, a pesar de haber cursado una asignatura sobre el cine gracias a lo que un “plan nuevo de estudios” nos permitía, pudiendo elegir asignaturas de una facultad distinta a la tuya, bajo la denominación de “asignaturas de libre configuración”.

Pues bien, como decía, no sé cómo comentar una película pero sí sé apreciar cuando una película tiene algo o mucho que ofrecer y “la escafandra y la mariposa” es una de ellas. Quizás por ello se llevó Julian Schnabel el premio al mejor director en Cannes, dato éste que localicé muy a posteriori (prefiero ver las películas sin ninguna referencia previa para no dejarme influir y así sacar mis propias conclusiones).

La película cuenta la historia real de Jean-Dominique Bauby, un periodista francés que tras sufrir un infarto masivo (síndrome del cautiverio) queda paralizado físicamente mientras su capacidad intelectual permanece intacta. Sólo puede mover un ojo y el párpado. Y con tan escasos medios, logrará comunicarse con el mundo exterior, los seres queridos, el médico, la logopeda… e incluso escribir un libro.

Insisto en que no voy a comentar la calidad técnica de la película –aunque piense que no es baladí-, pero lo que me interesa destacar es cómo el director aborda con valentía temas peliagudos como el sufrimiento, la dignidad de la persona, el deseo de morir y de vivir, la atención de los enfermos de este tipo, el sentido de la vida, la espiritualidad, el AMOR.

El peso de la película reside en el amor. ¿Quién no se rebela ante una situación sobrevenida de semejante envergadura? ¿Estamos preparados cualquiera de nosotros para afrontar un golpe de ese calibre? Evidentemente no, o por lo menos, la gran mayoría de los mortales no lo estamos, pero una vez más se demuestra que vivimos para amar, y para ser amados. Ese nacer para amar y ser amado, es la primera y fundamental vocación de todo ser humano, y queda realmente patente en la película: Jean-Dominique Bauby no entiende lo que le ha pasado. No es creyente. No lo acepta y sus primeras palabras son “quiero morir”, palabras que quedarán atrás, que perderán su sentido poco a poco, porque se siente amado: Amado por la madre de sus hijos, quien día a día se lo demuestra con paciencia y cariño. Amado por sus hijos, con sus sonrisas, abrazos, piruetas y carcajadas. Amado por su fisioterapeuta, quien con paciencia y una caña, quiere que un pentapléjico consiga tragar solo y mover la lengua. Amado por la logopeda, quien le transmite con su mirada, con su bondad, con sus estudios e investigaciones, que él también tiene mucho que decir al mundo. Amado por su traductora que no decae en sus esfuerzos para escribir todo un libro a base de la reiteración de letras por su parte, y parpadeos por la otra. Amado por sus amigos que le demuestran que él vale por lo que es y no por lo que tuviera o por el puesto que desempeñara en la sociedad. Le demuestran el verdadero valor de la amistad.
Y es precisamente ese amor, el que le mueve a desear vivir, el que le transforma interiormente, y el que le da la fuerza para luchar. Sí, digo bien, fuerza, porque uno de los elementos que más me gustan de la película, es que huye del sentimentalismo y aporta una gran dosis de realidad, y por lo tanto, captamos perfectamente los altibajos que sufre el protagonista, reflejados con los símbolos originales de la escafandra, y la mariposa, imaginados por el propio Bauby. En los malos momentos se siente atrapado dentro de un claustrofóbico traje de buzo, contrastando con la libertad que siente al poder expresarse moviendo el párpado, como si del batir de las alas de una mariposa se tratara.

Insisto en que es el amor lo que diferencia esta película de tantas otras que se han filmado tratando el tan recurrente y actual tema de la Eutanasia. Es una pena que no se le haya dado tanto bombo y platillo como a otras, porque creo que en la actualidad “la escafandra y la mariposa” tiene mucho que enseñarnos: necesitamos aprender a amar de verdad.

viernes, 21 de agosto de 2009

OPEN: NUEVA SERIE DE MONTECRISTO



Ya están en los estancos las primeras unidades de la nueva linea de Montecristo, llamada Open.

La línea Open se presenta con cuatro de los formatos de más tendencia, para aquellos que buscan la exclusividad y la diferenciación sin renunciar a la liga tradicional de Montecristo.
Sus nombres:
Eagle (Geniales), Master (Robusto), Regata (Forum) y Junior (Trabuco). Cuatro formatos muy diferentes entre sí, para poder disfrutarlos en diferentes momentos del día y para cubrir los gustos de cualquier aficionado.
En la nueva línea OPEN hay además dos vitolas de galera que no existen en todo el vitolario de Habanos, Regata que es vitola de galera forum (Cepo 46x135 mm) y Eagle que es vitola de galera Geniales (Cepo 54x 150mm).

Yo he tenido la suerte de conseguir unos Eagle: el tamaño es perfecto para una buena velada, el cepo generoso, lo que garantiza un buen tiro, y su fortaleza media, aunque le falta algo que no se que es, para alcanzar la perfección de su hermano M. Sublime.


miércoles, 19 de agosto de 2009

UN VERANO DIFERENTE


Ya estamos a mitad del mes de agosto. La verdad es que el verano está pasando muy deprisa, como suele ocurrir, pero este verano esta siendo algo distinto, esta siendo "un verano diferente".

Ya a finales del mes de Junio, mi mujer no se encontraba bien de salud, y tuvimos que interrumpir nuestra paradisiaca estancia en "La Rotonda". Desde entonces y hasta ahora, nos hemos dedicado (yo de acompañante), al Turismo Hospitalario; Turismo que no deja de tener su interés, porque en un espacio reducido de tiempo se te ponen los pies en el suelo de forma inmediata, cosa que sería muy recomendable que hiciéramos con cierta frecuencia, sin tener que recurrir a estos métodos tan agresivos.

En estos días convives con una partecita bastante representativa de la sociedad, y te das cuenta de la debilidad del ser humano. Cuando las cosas van bien, !qué chulos somos todos!, pero cuando te enfundan unos de esos camisones que reparten en la SS, parece que con la ropa también te quitan todas tus pertenencias; se queda la persona y nada más.... Bueno, en realidad yo no quería ir por aquí....

A lo que iba, el verano diferente, el turismo hospitalario. Estos casi dos meses, han sido meses de preocupaciones, de ocupaciones, pero la verdad es que han sido muy llevaderos, por la entrega total de tantas y tantas personas, que han apoyado la causa, cada uno desde su situación, sus posibilidades, su cercanía, etc.


Los primeros y como no podía ser de otra manera, la familia. Qué maravilla! Desde el primero hasta el último, todos atentos y pendientes.

Y tantos y tantos amigos: cercanos, lejanos, de aquí, de allá. Unos llaman para interesarse, otros te hacen gestiones, otros te despejan algún niño durante varios días, otros te sacan a airearte y a disfrutar de una magnífica gastronomía, y todos, todos, te dicen que rezan y encomiendan al Señor la salud de Carmen.


Realmente la oración es un arma poderosísima, y con tantos soldados..., la batalla esta ganada !!!

Gracias a todos