lunes, 27 de abril de 2009

YA SON CUATRO MILLONES...



Ayer supimos que más de 4 millones de españoles están en el paro. No ha habido ninguna declaración oficial al respecto... ni se espera, salvo el negar, una vez más, la realidad que será suprimida por Decreto-Ley, seguramente, en las próximas horas para que sigamos siendo felices mientras el Gobierno filtra pruebas judiciales a la prensa en uno de los más nefastos y ridículos entretenimientos políticos de temporada para adormecer al respetable público, Vd, yo y esa masa ingente que se aborrega tras la farsa cuatrienal de unas elecciones en las que nuestra voluntad se ve secuestrada por unas corruptas oligarquías.
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El FMI ha pronosticado que el paro alcanzará en 2010 en España un 19,3% de la población activa, es decir, uno de cada cinco españoles en edad de trabajar estará en el paro. Supimos también que la economía española va a pasar de ser la 8ª a ser la 14ª en los próximos dos años al vernos superados por Brasil, Rusia, India, Mejico, Corea del Sur y Canadá, y no precisamente por méritos de quienes nos superan, y eso, en un mundo globalizado tiene unos efectos multiplicadores de pérdida de prestigio, lo que supone pérdida de confianza, de inversiones, de trabajos ...
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Un pais con un paro cercano al 20 por ciento se situa al borde del abismo, no sólo económico, sino social. El aumento de la delincuencia suele ser uno de los primeros efectos, pero además, una gran explosión de indignación, absolutamente incontrolable, seguramente contra los menos culpables, y protagonizada por aquellos que auparon a un Gobierno incapaz, es cada vez más probable, salvo que se tomen las medidas adecuadas.
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En tiempos que demandan austeridad y sacrificio se toman medidas "políticas", en el peor sentido de la palabra, para contentar a las elites partidistas afines y en vez de buscar medidas de consenso, se ataca a la oposición, cuyo papel tampoco es precisamente brillante ni limpia, mientras se abandona a su suerte al pueblo... ¿Socialismo?
.Las medidas tomadas hasta ahora, como el aumento del gasto de la financiación autonómica o el incremento suicida de un gasto público que no crea empleo, no son más que fórmulas magistrales para el fracaso más rotundo. Mientras los españoles sufren y los pronósticos no pueden ser peores, los nigromantes de la nada, bailan al borde del abismo tocando sus panderetas.

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